Intervención estadounidense en México

La Intervención Estadounidense en México fue un conflicto bélico que enfrentó a México y los Estados Unidos entre 1846 y 1848; también fue llamada: la «Guerra México–Estados Unidos». En Estados Unidos se conoce también como la «Guerra Mexicana» (Mexican War); en México se le llamó la «Intervención estadounidense». Este conflicto armado se inició por las pretensiones expansionistas de la relativamente joven nación americana, cuyo primer paso fue la creación de la República de Texas —a la que el Gobierno Mexicano consideraba un territorio rebelde que podía reconquistar—, sobre una parte del territorio de Coahuila, Tamaulipas, Chihuahua y Nuevo México; este hecho, sumado a la demanda de indemnización al gobierno mexicano por los daños causados en Texas durante la guerra de independencia de ese antiguo territorio coahuilense y los intereses estadounidenses en adquirir los territorios de Alta California y Nuevo México, fueron los motivos que provocaron la invasión del territorio de la República Mexicana por parte del ejército estadounidense.

El conflicto armado se inició cuando el Presidente James Knox Polk quiso cuidar el nuevo territorio adquirido (La República de Texas convertida en el Estado de Texas) enviando al ejército estadounidense, el cual debía apostarse en la frontera con México. El Presidente Estadounidense dio órdenes a sus tropas de traspasar el río de las Nueces hasta llegar al río Bravo. Texas, cuando aún era República, había intentado extender su frontera original (el río Nueces) hasta el río Bravo (que eran territorios del Estado Mexicano de Tamaulipas) mediante el Tratado de Velasco que había firmado el prisionero General Antonio López de Santa Anna y que no fue reconocido por México.

Al internarse las tropas estadounidenses en el territorio en disputa entre México y EEUU, fueron atacadas y así dio inicio la guerra. La invasión se llevó a cabo por varios frentes: en el Estado de la Alta California operaba, aún antes, un grupo de filibusteros estadounidenses desde el norte y la marina de Estados Unidos desde el Océano Pacífico, una fracción del ejército de los Estados Unidos se lanzó hacia el Estado de Nuevo México, otra recibió refuerzos en el norte donde inició la guerra y avanzó hacia el sur hasta que fue detenida, posteriormente el contingente más importante y mejor reforzado desembarcó en el Puerto de Veracruz y avanzó hasta la capital de México.

Los Territorios de Nuevo México, Alta California, Baja California y los Estados de Coahuila, Veracruz, Puebla y el Estado de México; fueron ocupados. A los puertos marítimos de otros Estados se les aplicó un bloqueo naval. El Ejército Mexicano estaba al mando del General Antonio López de Santa Anna, el cual merodeaba en los alrededores de la capital de la República hasta que el nuevo Gobierno Mexicano declaró a Santa Anna fuera de la ley y tuvo que salir del país. Los otros Estados de la República tenían listas sus tropas para defenderse en caso de una invasión pero no se planeó una ofensiva. Bajo estas condiciones se firma el Tratado de Guadalupe Hidalgo donde México reconoció la independencia de la República de Texas, fijaba la frontera de ese Estado en el río Bravo y aceptaba la venta de los territorios de Alta California y Nuevo México a Estados Unidos a cambio de quince millones de pesos.

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