Interpretación e historia


La Decimoquinta Enmienda (1870) es una de las Enmiendas posteriores a la Guerra Civil, conocidas como las Enmiendas de Reconstrucción. Esta enmienda prohíbe a los estados o al gobierno federal usar la raza de un ciudadano, el color, o el estado anterior como esclavo como una restricción para el voto. Su objetivo básico era conceder el derecho de votar a antiguos esclavos. La primera persona en votar bajo las estipulaciones de la enmienda fue Thomas Mundy Peterson que emitió su voto en una elección al consejo escolar en Perth Amboy celebrada el 4 de febrero de 1870, el día después de que la decimoquinta enmienda fuera ratificada. Pero no fue realmente hasta la Ley de Derechos de Voto en 1965, casi un siglo más tarde, que la promesa plena de la decimoquinta enmienda fue conseguida realmente en todos los estados.

Después del paso a una base per cápita y absoluta, más negros fueron elegidos para cargos políticos durante el período de 1865 hasta 1880 que en cualquier otra época en la historia americana. Aunque ningún estado eligiera a un gobernador negro durante la Reconstrucción, varias legislaturas estatales estaban efectivamente bajo el control de un sustancial número de votantes afroamericanos. Estas legislaturas trajeron programas que son considerados actualmente parte del deber del gobierno, pero entonces eran radicales, como la educación pública universal. También hicieron a un lado todas las leyes con prejucios raciales, incluso aquellas que prohibían el matrimonio interracial (llamadas leyes de antimestizaje).

A pesar de los esfuerzos de grupos como el Ku Klux Klan para intimidar a votantes negros y Republicanos blancos, la garantía de apoyo federal a los gobiernos del sur democráticamente elegidos significó que la mayor parte de votantes Republicanos podrían votar y mantener la regla de confidencialidad. Por ejemplo, cuando una muchedumbre blanca intentó asumir el gobierno interracial de Nueva Orleans, el Presidente Ulysses S. Grant envió tropas federales para restaurar al alcalde electo.

Sin embargo, después de la ajustada elección de Rutherford B. Hayes, Hayes, a fin de apaciguar al Sur, consintió en retirar las tropas federales. También pasó por alto la violencia en las votaciones en el Profundo Sur, a pesar de varias tentativas de los Republicanos para aprobar leyes que aseguraran los derechos de los votantes negros y castigar la intimidación. Como muestra de la desgana del Congreso de tomar cualquier acción en esta época, hasta un proyecto de ley que habría requerido que incidentes de violencia sólo en centros electorales fueran hechos públicos no pudo ser aprobado. Sin las restricciones, la violencia en los lugares de votación contra negros y Republicanos aumentó, incluso con casos de asesinato. La mayor parte de estos hechos sucedían sin ninguna interferencia por parte de las fuerzas de la ley, y a menudo hasta con su cooperación.

Antes de los años 1890, muchos estados del sur tenían rigurosas leyes de calificación de votantes, incluso pruebas de alfabetismo e impuestos. Algunos estados hasta hicieron difícil de encontrar un lugar para registrarse para votar.

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